Antes que nada quiero aclarar que no utilizaré el lenguaje inclusivo en mi relato. Respeto la diversidad de género. Estoy integrando a niños, niñas y niñes de manera implícita.
No es responsabilidad de los padres (o familias) saber de psicología, de tips o técnicas pedagógicas para educar y acompañar a su hijos en la vida. Pero si es muy importante ser responsables y cuidadosos con su crianza y educación. Con lo más básico que es el amor y el respeto.
El caso contrario, y con mi modo de ver, es para los docentes. Nosotros si, además de hacer las cosas con amor y respeto, tenemos que estar capacitados, conocer a nuestros alumnos, saber la etapa evolutiva de su vida para poder acompañarlos y trabajar de forma responsable la primera infancia. Reconocer e identificar cuales son las necesidades especificas en cada momento de sus vidas y también poder identificar que impacto producirá en su subjetividad nuestra acción, nuestras palabras. Además es muy necesario ser solidarios con sus emociones, intentar que las reconozcan y puedan convivir con ellas, es un trabajo difícil y quizás utópico pero nunca dejaría de aportar un granito de arena para ello.
El caso de fomentar su ilusión me parece maravilloso, creo que duelen menos los cambios cuando están acompañados de Hadas, duende o unicornios, todo puede aliviarse con un buen cuento o con un lindo abrazo. Que las familias nos acompañen y nosotros lo mismo, es lo que hace mas enriquecedor ese proceso.
Acaso ¿No es igual de fácil tirar el chupete a un gallinero que dárselo al Hada de los chupetes?
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