Al escuchar el relato "Hay que conocer a John", lo primero que se me apareció en la cabeza, fue la bendita y bien ponderada "Sala de profesores"( la que yo conozco, porque no me gusta etiquetar a nadie) si, ese lugar donde todos son los casi intocables dueños de la verdad. Donde el niño que tiene una mamá que viste determinadas ropas es de tal modo y de tal otro.
Donde ese niño que tiene un Tío o una Tía trans es casi p#to y así van etiquetando gente como pistolitas registradoras. Ahí habitan esas personas que piensan que la madrina de la nena que tiene la mamá soltera, en realidad es la mamá 2.
Quizás me traten de amarga pero yo no le veo la gracia a juzgar a las personas por como se ven, como visten, con quien se acuestan o a quien designan madrina de sus hijos.
Lamentablemente esto no solo queda en una anécdota, no muy graciosa, si no que eso, se traslada al alumno y muchas veces no pueden separar las cosas.
Muchas veces se escucha: ¡qué linda! es inteligente como la hermana. o ¡qué raro el hermano es genial en matemática pero él no sabe ni contar hasta el 10!
Es muy importante para mí generar un vinculo con los/as chicos/as, pensar en ellos/as como sujetos me hace muy consciente de sus vidas, de lo que pueden hacer y en lo que tengo que ayudarlos un poco más. Les saco esa mochila, de ser el hijo de..., la hermana de de... Sentir que ellos confían en mí hacen que me sienta mas segura en mi trabajo y eso me parece importante porque al fin y al cabo me enseñan a ser mejor docente cada día.
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