Producción narrativa

Guarderías de educación (y de derechos) 
Elegí hablar de este tema porque me hace pensar que mi formación no tiene límites y mi carrera no tiene techo. Puedo ser más creativa y creo que sería muy interesante poder acompañar a las infancias en distintas instituciones, enriquecerla. Saber que podemos trabajar en esos lugares donde nos necesitan me fortalece y me hace muy bien como persona. 
Guarderías de educación evoca a los prejuicios que tienen algunas personas en cuanto a los jardines maternales, se los sigue llamando "como guarderías" como que si fuera un lugar meramente asistencial dejando de lado la intencionalidad pedagógica o peor que eso ignorándola. 
Cuando me familiaricé con estas instituciones lo asocié con eso, ya que no puede ver al principio lo que estaba implícito en la propuesta.
Ahora sí, vayamos a mi relato...

Repensar luego de escuchar a expertes es un muy buen ejercicio. Y mientras pienso que escribir y cómo hacerlo me surgió la frase “Aprender a distancia en tiempos de pandemia, es un largo viaje hacia el saber”. 

¿Por qué digo esto? Porque aunque estoy acá, en casa, frente a mi computadora, (por suerte en mi caso) hay muchas personas que no tienen este privilegio. Aunque es difícil, me pierdo el 70% de las cosas que se dicen, me distraigo, muchas veces no logro entender. Hago el “esfuerzo y acá estoy” tratando de hacer un informe narrativo para resignificar lo que pienso de lo que ya escribí. 

Me da miedo, creo que no entiendo de que me hablan, pero igual sigo, intentándolo una y otra vez. Este desafío es nuevo para mí, pero tengo los recursos y puedo adaptarme. 

Eso resuena en mi cabeza “tengo los recursos” y ahí es cuando se vuelve injusto, triste y desigual. 

Luego de haber escuchado a los expertos siento que estas personas están ahí, con miedo tratando de entender, tratando de generar esos recursos que yo tengo y otros no. Haciendo esfuerzos, viendo en que pueden colaborar, estudiando, no entendiendo muy bien de que les hablan. Pero igual siguen, y arman proyectos, se ponen metas. Finalmente generan espacios significativos para la sociedad, donde cobijan y dan resguardo a lxs que no pueden, a lxs que no tienen recursos, a lxs que están solos. 

Levantan de la bandera de lxs que defienden los derechos, los sacan a la luz y los hacen efectivos. Arman juegotecas en los barrios más carenciados de la ciudad 

Buenos Aires por la falta de espacios públicos de esparcimiento, están ahí, defendiendo las infancias, respetando sus derechos a jugar, enseñándonos que se puede hacer más cuando se tienen los recursos, ayudar al otro. Centralizando el juego en un lugar físico, para resguardar a esxs niñxs. Es lindo saber que hay un lugar a donde ir y que te esperan para jugar, para socializar. 

Desafiándonos a salir de nuestro lugar cómodo. Mostrándonos que con entereza, valentía y la fuerza del poder hacer, en el partido de San Martín, esas familias que viven por el barrio, esta vez, sí van a poder salir a trabajar, porque al bebé en el jardín lo van a cuidar. Porque hay personas que piensan que sí se pueden producir espacios integrales para la asistencia y contención de niños pequeños. Brindando espacios puestos allí con intencionalidad pedagógica, estimulación temprana, nutrición y salud. 

Antes pensaba que estos lugares, surgen como paliativo, estaban allí para tapar las deficiencias del estado, para “atarlas con alambre” (como muchas veces nos expresamos los porteños), ahora no creo que esté tan “atado con alambre”, si creo que acompañan realidades. 

Me interesó saber que hay organismos y personas que se toman muy enserio todo esto, quizás ganando muy poco dinero. Siento que lo hacen porque los enriquece como personas porque les gusta formar parte, porque les sale del corazón, siendo respetuosos del que no puede, no tiene. Eso lo valoro y lo acompaño.